UN CUENTO PARA SERENA... Uno

Cuando abrio los ojos, no supo reconocer el sitio donde se encontraba en ese momento; pudo mirar árboles enormes que sobresalían del suelo con sus raíces, como si con ellas pudieran caminar a través del sendero húmedo por el rocío del ambiente; pudo sentir como sus pulmones se llenaban de un aire puro, fresco pero cálido a la vez, que no ocasionaba deseo de toser ni estornudar; pudo observar el musgo que conquisto terreno en las rocas de este bello lugar iluminado por los rayitos de sol que se colaban a través de las frondosas cabelleras de los árboles... cabelleras verdes, rojizas y hasta anaranjadas.

- Ahí estas! , dijo de pronto.
- Si, soy yo, respondio la luz que había estado bajo su almohada.
- Quién eres? Acaso una luciérnaga parlanchina?
- Oh no! respondio sonriendo la inquieta luz acercándose un poco más a donde Emma estaba aún con los brazos extendidos y las manos abiertas... Soy la guardiana de este bosque... mi nombre es Giane.

La luz comenzo a adquirir forma, una criatura de ojos color miel, cabello largo color jade, naricita respingona y boca rosa con melodiosa voz, su cuerpo ataviado de un vestuario hecho con hojas suaves aterciopeladas y ceñido a su talle con una guirnalda de flores de colores y lacitos de junco.

- Eres un Hada!!! y sus manos se cruzaron a la altura de su corazón que ya repiqueteba... - En verdad eres un Hada! - Yo, yo, (tartamudeando un poco) yo nunca pense conocer una de verdad, me he imaginado muchas, pero estar frente a una verdadera, jamás! - decía emocionada.

Giane es una Hada que por lo general se dedica a hilar y tejer cantando melodías tan dulces que puede encantar a quienes la escuchen. Desde que tiene memoria ha vivido en este bosque, cuidando de que nada malo le pase, de que nadie corte sus bellos árboles, de que las criaturas que viven en él tengan suficiente alimento fresco para vivir en armonía y para que las aguas cristalinas de los manantiales jamás se contaminen. Su don estaba designado por la Naturaleza y ella a través de su habilidad podía tejer redes invisibles de seguridad que mantenían toda aquella zona boscosa lejos de peligro alguno. Asi se lo platico a la niña.

- Pero si es aqui, en este bello bosque donde vives, qué hacías debajo de mi almohada? Emma no encontraba explicación alguna a este hecho, no podía pensar en que álguien que vive en un lugar tan maravilloso y que tiene tan bella labor pudiera salir... Acaso Giane se había cansado de lo que hacía y estaba dándose unas vacaciones? ...  Tal vez (cosa que sería imperdonable) había cometido algún error y estaba huyendo!... - Hay noooo! exclamó.

- Qué pasa? Te ha sucedido algo? pregunto el Hada.

- No, no... es solo que quisiera saber qué hacías debajo de mi almohada! Por más que lo pienso no encuentro respuesta.

- Ja, ja, ja, sonrió - Conque eso es lo que te inquieta, sentémonos y te platico!

Se sentaron en unas raices del árbol más raro que Emma había visto en su vida, tenía ramas largas que formaban un kiosko al rededor de su tronco... y dentro las raices servían de sillas, muy cómodas. Giane comenzo a narrar con su melodiosa voz.

- Un día que estaba colocando uno de mis tejidos invisibles en la rivera del manantial del norte, extravie un objeto muy valioso... Es un presente que me dieron los gnomos artesanos y que hicieron muy especialmente para mi. Soy muy cuidadosa con mis cosas, atesoro los presentes que recibo con tanto cariño. Pero ese día, decidí llevarlo conmigo ya que me sería útil en mi labor.  Al llegar a casa, busque en mi bolsita de labores mi valioso presente, y por más que la sacudi, y la sacudi jamás salió a mi vista. Me preocupe muchísimo! regrese por el mismo sendero hacia el manantial del norte pensando que seguramente lo encontraría por ahí tirado, pero nada, no había nada! Al llegar al manantial, una ranita amiga mía croando me platico que había visto a una niña muy hermosa beber agua del manantial y luego la vio caminar por la vereda del Sauce llorón y desaparecio a lo lejos. Dicho lo dicho mi amiga ranita, apresure el vuelo y recorrí el sendero hasta llegar al sitio donde crece el Sauce llorón y éste entre gemidos y sollozos, porque aunque este contento siempre llora!... me dijo:

- Efectivamente Giane, una niña hermosa ha cruzado por aqui, me ha dicho las palabras más dulces que nadie me había dicho jamás! (sollozando) Soy tan feliz!!! Hubiese querido sostenerla por siempre entre mis ramas y no dejarla ir, pero ella debía seguir su camino, jamás la olvidare!. Con sus ramas me indico el camino que debía seguir...

- Deje atrás al Sauce llorón, que lloraba por la felicidad encontrada; sus lágrimas son las pequeñas hojitas tiernas que crecen en sus ramas que llegan hasta el suelo, desde lejos se le puede apreciar tan frondoso, cual su corazón, rebosante de alegría. Continué mi vuelo hasta llegar a una bella casa color blanco rodeada de flores y arbustos bien cuidados, pero cuál sería mi sorpresa que justo en el momento en que me detuve a descansar en el rosal del jardín frontal...

- Una niña hermosa subía a un artefacto ruidoso que ya mis amigos los Ents me habían descrito alguna vez... no pude platicar con ella. Me quede ahí a esperar su regreso.

Continuará...